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Una Nación no podrá alcanzar su equilibrio, sí ignora las desgracias de los países vecinos

Los líderes mundiales y la comunidad internacional, llevan consigo la gran responsabilidad de reorganizar, planificar e implementar soluciones con enfoque internacional, regional, bilateral y unilateral en cumplimiento al marco jurídico del derecho internacional de los derechos humanos, a fin de proteger y garantizar la dignidad humana, la cual no es dada por un pasaporte o una nacionalidad.

Obviamente, son muchos los desafíos para deponer intereses económicos, sociales y culturales que se han construido en detrimento de los valores humanos de convivencia y existencia,  sin embargo, el reclamo social ante las violaciones a la integridad personal, los tratos crueles, inhumanos y degradantes para los migrantes haitianos en la frontera Sur de los Estados Unidos, conlleva necesariamente a determinar el uso ilegítimo, innecesario y desproporcionado de la fuerza contra los migrantes, que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.

Ciertamente los Estados tienen el derecho de controlar sus fronteras, de definir las políticas migratorias de ingreso, estancia y expulsión de los extranjeros pero con políticas y prácticas migratorias de respeto y garantía de los derechos humanos.

Es obvio, que la situación de nuestra fronteras es muy grave, sin embargo, las desigualdades sociales-economicas, la ruptura de las democracias, el terrorismo, el nacortraficos, las condicones climiaticas etc de los países de Américas del Sur, Centroamérica y las Islas del Caribe, requiere una visión global, y el reconocimiento de la crisis de valores democráticos en la región y el mundo.

Los Estados Unidos de América, es una nación admirada y anhelada por muchos ciudadanos del mundo, la imagen de cumplimiento a las leyes de sus autoridades es un anhelo ciudadano, y más para quienes no han conocido la probidad institucional, no es justificable bajo ninguna circunstancia, las actuaciones de los agentes fronterizo en la frontera Sur, sobre los migrantes haitianos, la seguridad nacional, la soberanía no debe ser protegida con actos ilegales, para ello, es necesario, la visión global de los problemas en la región, es importante proteger las  democracias lo que hoy vivimos, no es problema de una frontera, es una emergencia global y regional, por ende las soluciones deben ser a ese tenor.

La oportunidad es hoy, requerimos políticas humanas para los humanos con la participación de todos los interesados Gobiernos, Agencias, Organismos Internacionales, la sociedad organizada que mantengan como premisa, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre.

Para los Estados Unidos de América, es importante recuperar su liderazgo mundial de lo contrario la nación, será afectada por los regímenes que han vulnerado la vida de miles y miles de personas.

Hoy debemos honrar el trabajo y los logros de quien representó a esta Nación ELEANOR ROOSEVELT con un papel fundamental como Presidenta del Comité de Redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, nombrada delegada ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1946 por el Presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman, voceros de los valores democráticos de los Estados Unidos de América, basados en su Pueblo, en la unión perfecta de la Justicia, la tranquilidad, la defensa común, el bienestar general, la prosperidad y la libertad.

Una Nación no podrá alcanzar su equilibrio, sí ignora las desgracias de los países vecinos.

Damarys Rangel

Defensora de DDHH